En 1962, Chris Marker marcó la historia del cine con
La Jetée, una fotonovela sobre una
película. En el momento en que el digital se impone sobre el carrete, un nuevo
medio de expresión aparece, el POM o pequeña obra multimedia. Con el mismo
espíritu que La Jetée, algunas
imagines fijas narran una historia. La materia primera se compone de fotografías
que se suceden durante uno a cuatro minutos y sonidos, grafismo, montaje u otros,
se suman para crear un nuevo tipo de vídeo.
El origen de esta curiosidad viene de un proyecto que
data de 2005 y que se tituló Territorio
de ficción en Francia. La intención estaba en juntar información y creación
artística en un contexto político y social en el cual constataron una subida de
partidarios fascistas. Una decena de periodistas se reunieron en torno a la
cuestión “¿Francia, qué piensas?”. A
pesar de algunos detractores que ven en ella un insulto contra el trabajo
“verdadero” del fotógrafo, la POM encuentra su público, adquiere un cierto reconocimiento
en forma de premios (por ejemplo, M'aime pas peur d'Élisabeth Scheider recompensado por la Bourse du Talent en 2010), se enseña y también recurren a ellas periódicos de
renombre como El Mundo.
Sin embargo, la POM no se limita al campo del arte,
sino que encuentra un lugar preferente en la esfera periodística. En efecto,
estamos en una era donde el modo de consumo de la información, inducido por la
evolución tecnológica, se efectúa cada vez más vía redes sociales y
aplicaciones móviles. La narración orienta la lectura de las fotografías para
servir a un propósito, una información (como un artículo y sus fotografías en
un periodista de papel, pero más rico en contenido que un diaporama).
La POM puede proliferar en Internet, que es la
plataforma multimedia por excelencia, siguiendo el mismo modelo del
web-documentario. Agencias de
financiación, como la CNC en Francia y l’ONF
en Canadá, permiten su producción. También es posible encontrar financiaciones privadas
motivadas por el tema tratado por la
obra. A pesar de eso, su
modelo económico tiene que estar establecido. Su coste en comparación con el reportaje fotográfico
tradicional, repele.
Sin
embargo, Wilfrid Estève, iniciador de la POM, explica su necesidad en el nuevo régimen de comunicación
e información en estos términos: “El fotógrafo no puede seguir
siendo un ilustrador de la
actualidad porque no va a vivir.
(...) Él tiene que destacar su punto de vista. Cuanto más lo destaque más se notará,
más su fotografía será valorada también,
y también dará un golpe en su proceso, a su obra.”[1]
Jacqueline Rwanyindo
TRAISTA
Roxana, Photographie.com, [on-line], http://www.photographie.com/news/jeremie-jung-la-pom-a-de-lavenir-surtout-en-tant-que-module-de-web-documentaire
.
LAMBERT Émilie, « POM, un nouveau format pour une
nouvelle photographie? », in Compétence
Photo, n°24 : Lumière Naturelle,
2011, p. 60-63.
[1]
POM ou Petite Œuvre Multimédia, Laura Bittoun, 2 febrero 2011, [vídeo on-line] in YOUTUBE, http://www.youtube.com/watch?v=FfWTqHS6EXk .